martes, 13 de noviembre de 2012

Behobia - San Sebastian, un antes y un después.

Más razón que un santo, bueno un santo,jjjjjjj.

Ya me lo había advertido mi compañero de club Anibal Andrade   “¡ Behobia / San Sebastian, la ciudad, sus gentes, su clima, su gastronomía, todo ello lo conozco por las dos veces que he participado en esta gran carrera, pero tu tendrás la suerte de correr por algo tan importante como es la solidaridad para estos grupos de niños. Amigo David, recuerda ésto que te voy a decir... a pesar de tu larga experiencia como corredor, vas a tener un antes y un después de esta prueba y esta experiencia de correr por una causa.
Mucha suerte campeón. Todos estaremos contigo!”.

 San Sebastian
Pues igual se quedó hasta algo corto. Es impresionante, magnífico, majestuoso, algo que deberíamos hacer al menos una vez en nuestra vida, aunque yo creo que mi idilio con ésta, puede durar años. Han sido solo cuatro días, pero pienso que magníficamente aprovechados junto a los amigos Álvaro Vigo, Laura, Carlos “Currito”, Rafael Molina”Abuelo Runner”, María y  María del Mar, mi mujer, como siempre haciendo que disfrute de lo que me gusta. Hemos disfrutado de la buena cocina vasca y sus pinchos, de los Zuritos y sus sidras, de la playa de la Concha, de los paisajes de sus pueblos, pero sobre todo de la amabilidad que nos han dispensado los Donostiarras.

Fundación Síndrome de Dravet


Un Felix emocionado con un corredor del reto

Correr me gusta, es parte de mi vida. Ir desde Rota a San Sebastián para dar zancadas parece de locos, pero creo que el haberme desplazado hasta Donostia ha refrendado aún más mi locura senil si cabe, ya que he corrido por unos niños que necesitan de nuestra ayuda, lo que me hacía redoblar si cabe las ganas de hacerlo. Por estos niños, he podido correr con una camiseta que no es la de mi club, una de color morada, la de la Fundación Síndrome de Dravet. 

Con Luismi, Mara, Novatillos, Hija de Luismi y algunos de la fundación.

No sé cómo empezar. Es difícil explicar las emociones vividas, el cariño que nos han demostrado por tan poco, ya que es algo por lo que no tendrían que partirse la cara ellos, sino la administración, la cual debería estar encima y apoyarlos en lo que les hiciera falta a éstos. El Sábado pudimos conocer a parte de esta familia, incluso nos invitaron a la comida de la pasta que estaban elaborando para los corredores del reto80 y acompañantes. Declinamos el ofrecimiento al estar de turismo por la ciudad, pero en la próxima seguro que nos quedaremos. El Domingo durante la carrera y en la subida a Miracruz, allí estaban animándonos ¡Vamos, Roteño! Me gritaba Felix, un tío muy grande en todos los sentidos de la palabra. María del Mar estaba allí postrada, tirando fotos ayudando desde su cámara a los niños. Cuando llegué a la meta, en el stand de la Fundación me dieron regalos que me vinieron de cine, ya que estaba calado hasta los huesos y con un frío metido en el cuerpo impresionante. Pero el mayor regalo ha sido correr por los niños, por vuestros niños. Éstos, como ya os he dicho en alguna ocasión, también son nuestros niños. En lo que humildemente podamos ayudar, ahí estaremos.

Con los corredores del Reto80

La Carrera.

La  cultura de los vascos por el deporte es diferente. El Domingo temprano fuimos dirección a la estación del tren a pillar el que nos llevaría hasta Irún (el topo). Por el camino unos chavales nos gritaban ¡Aupa, aupa! En la estación pudimos conocer a varios compañeros de club de Rafael, entre los que se encontraba Jesús, un tío muy majo. Una vez en Irún, cientos de autobuses hacían de lanzaderas para llevarte hasta el barrio de Behobia. El montaje era impresionante, con las calles y glorietas tomadas por los cajones perfectamente distribuidos, con el color – número y hora de salida que te correspondía. Llovía desde nuestra salida en San Sebastián, con lo que nos metimos a tomar un café en la gasolinera. En los stands de los alrededores daban café gratis a todos los corredores, y con numerosos camiones perfectamente numerados haciendo de guardarropa. 

Con el Currito y el Abuelo.

Como Currito y el Matraca corríamos con la zamarra morada de la Fundación Síndrome  de Dravet, estuvimos buscando a los compañeros un ratito para la foto de grupo, sí, los que componíamos el reto80, con lo que nos mojamos más de la cuenta. Mi mujer se desplazó hasta Behovia con Felix y algunos más de ésta, para empezar su reportaje fotográfico. Como había dejado de llover para ponerse a diluviar, nuestro calentamiento estuvo dividido en bailar un poco al son de la música, más saltar tipo Masai Mara. A las 10:32 aproximadamente y perfectamente guiados salió nuestro cajón, el segundo de los verdes. Chupinazo al canto, desde el principio intento no forzar demasiado ya que la musculatura estaba helada con tanta agua y los 8 grados que nos acompañaban en esos momentos. Ya en sus calles y ante mi incredulidad veía a mucha gente paragua en mano  animando ¡Aupa! con la que estaba cayendo. Aquí ni con 30 grados estarían las palomas en la calle. Se callejeaba mucho, con continuos toboganes. Intentaba estar muy atento, disfrutar de cada centímetro, empaparme, bueno mejor absorber como una esponja (porque empapado ya estaba con tanta agua) la lección que me estaban impartiendo gratuitamente de saber hacer y estar. 

Buscando cobijo

Los primeros cinco kilómetros los paso en 20´47´´ a una media de 4.09 km (4.07 – 4.11 – 4.12 – 4.17 – 4.00 km). Constantemente pasábamos por un pueblo, en sus calles la gente no dejaba de animar, sí, el tan afamado aupa. Al entrar en el seis empezamos a subir el alto de Gaintxurizketa con un pequeño desnivel, para a partir del siete empezar la parte más dura de la subida con un kilómetro aproximadamente. A continuación nos metimos en la zona de los toboganes que nos conduciría hasta la localidad de Lezo. En uno de los repechos se encontraba un pirata con su furgoneta a ritmo de heavy metal, estando enarbolando una enorme bandera pirata. Estuve a punto de pararme, y contratarlo para la Trail pirata que vamos a realizar el próximo uno de Diciembre. Cada dos kilómetros y medio teníamos avituallamiento, con más agua jjjj, bebidas isotónicas muy bien distribuidas en mesas con cuadrados donde estaban los vasos. Seguí con mi ritmo, sin malgastar más de la cuenta. Por le diez paso en 41´50´´ a 4.11 km de media (3.55 – 4.25 – 4.36 – 4.05 – 4.02 km).Del kilómetro diez al 11.5 tenemos una zona con varias subidas, para tener 500 metros de bajada pronunciada hasta la localidad de Lezo, la cual estaba abarrotada de gente animando ¡Aupa David! Joder que emoción que te nombren, subiendo un plus más la motivación. Llega el momento de meter caña, ya solo quedan ocho kilómetros y en unos tres  o cuatro me encontraría con mi mujer en el Alto de Miracruz. Los próximos tres kilómetros transcurrieron por el Puerto de Pasajes totalmente llanos, donde pude llevar una velocidad controlada. Estos cinco kilómetros los pase en 4.10 – 3.48 – 3.57 – 4.01 – 3.57 km (3.59 km de media). 

¡Agua va!

Aflojo un poco al estar cerca el comienzo de la corta pero dura subida al alto de Miracruz. Al salir del Puerto de Pasaia, giramos a la izquierda estando un grupo local tocando sus tambores y gaitas, para empezar la subida. A mitad de ella y estando esta abarrotada, estaban los componentes de la Fundación y mi mujer, para poder saludarlos y lanzarles una sonrisa (en este tramo no nos mojamos,jjjj). Sigo con la subida, y como me dijo Manuel ¡La subida no acaba en la gasolinera!. Un kilómetros duro tenía la subida, para empezar un descenso rapidísimo y peligroso, al estar el piso mojado. Giramos a la derecha para meternos en la Avenida que nos llevaría a la playa de Zurriola, donde el viento y el aguacero nos machacaron de lo lindo. En el último kilómetro llegue a la altura del grandísimo Riky Abad (500 maratones seguidos, toda una hazaña). Aprieto ante la impresionante estampa de la Alameda del Boulevard, donde la gente agolpada y la música no paraban de demostrarnos su apoyo incondicional. Entrada en meta, RETO conseguido. Estos cinco últimos kilómetros los marqué en 4.09 – 4.24 – 3.42 – 3.54 – 3.48 km haciendo los segundos 10 km a una media de 3.59 km.Tiempo final (real) 1´20´´53´´ a 4.05 km. Puesto en la General el 1377, en mi categoría Sen m el 918.

Subiendo Miracruz.

Una finalizada, todo estaba super preparado para hacernos las cosas facilísimas. Entrega de la correspondiente medalla conmemorativa, te quitaban el chip, entrega de frutas, aguas y power, poncho, caldo, café, yogurt, chocolatinas etc…..con el guardarropa funcionando como si no hubiéramos corrido 22000 personas,y todo ello en la Plaza Guipúzcoa. En ella, la Fundación tenía montado un Stand, donde nos dieron más obsequios, amén de su inmenso cariño. Tuve la suerte de conocer al Novatillo y Novatilla, ellos también formaron parte del Reto80. Más tieso que una mojama, nos fuimos a la Pensión Reguil, a escasos cinco minutos de la llegada. Más bien Pensión diría super Pensión. Esta, estaba siempre muy limpia, con una temperatura ideal y encima con todo a tiro de piedra (la Concha a 200 metros, la estación de tren y el centro a cinco minutos. Su dueño Iñaqui un fenómeno, dándonos un servicio de hotel de 10 estrellas.

Fiestuky total 

Barra de pinchos en el Gorriti.

Si desde que llegamos el Viernes habíamos estado dándole a los homenajes, después de la Behobia ya os imagináis, fiestuky total, terminando a las doce de la noche más agusto que un arbusto,jjjjj. Pudimos conocer mejor a Jesús, todo un crack junto a un compañero de fatigas.
 Entonando las gargantas.


En unos días os contaré lo que el ojo no ve de la Behobia – San Sebastian, con sus tomas falsas y todo,jjjjjjjjjjj.


 En la Taberna de Ander.


Salu2 desde Matraquilandia.



Continuará.