Lo que presumíamos
que sería una tarde – noche para recordar (bueno, lo recordaremos muy a pesar,
durante mucho tiempo), tanto por el recorrido como por lo místico del horario
de la carrera, se convirtió en el mayor esperpento que he vivido como corredor
popular. Y que conste que no es un plato de buen gusto tener que escribir estas
líneas, pero al César lo que es del César.
Tras recoger a Carlos
Cortijo “Currito” y dejar a mis niñas en su casa con Anché, nos fuimos para el
Parque Natural de los Toruños junto a mi mujer. Nada más llegar, había una cola
la cual pensábamos que era para la recogida de dorsales…¿Ésta es la cola para los dorsales ? ¡No, es
esa, ésta es para inscribirte ahora! En la otra no había nadie, algo inusual.
Habían decidido ampliar el cupo. Nuestra primera gran
sorpresa fue cuando la organización nos comunicó que habían tomado la
decisión de cambiar los horarios de las carreras. La de 4 kilómetros pasaba a
las 9.30 de la tarde, para la de 8 kilómetros pasar a las diez de la noche.
Aunque protestamos, ya que considerábamos que era una falta de respeto por
diferentes motivos, hicieron caso omiso de nuestras peticiones. No podíamos
entenderlo, ya que si, como es mi caso, hubiera tenido que trabajar de noche no
me hubiera dado tiempo de correrla, y
todo ésto con el gasto de inscripción, gasolina y mi tiempo libre.
Pero como una carrera debe de ser siempre motivo de alegría y diversión, cambiamos el chip y estuvimos dándole al pico con Enrique Artajo, la buena gente de Nueva Jarilla, la parejita de Chocos ( Antonio y Juan Isidro de Guadalcacín) y el compi de entrenos del Currito, Antonio “ Pana” ( por su pronunciado pompi ,jejejeje). Fotos para el recuerdo, para poder saludar al hermano de Carlos Mera de los Jartibles, Nacho, el cual ha probado este bendito veneno y ya no puede vivir sin él. Veinte minutos antes del “comienzo” salimos a calentar Currito, Antonio y el Matraca. Tras quince minutos del mismo, nos metimos en el cuerpo seis progresivos de 100 metros. Como nos comunicaron que saldríamos con un “poco” de retraso, salimos de nuevo a trotar muy suave otros diez minutos. Allí que me encontré con Enrique Artajo…¿Cómo irás hoy, Matraca? ¡Entre 4.00 – 4.05 km! ¡Pues iré contigo! ¿Y tú, Antonio? ¡Con el Currito! ¡Entonces irás a ritmo funcionario!! jejeje y que conste que Enrique es funcionario, pero unas risas nunca vienen mal. A las diez y cuarto, nos llamaron para dar la salida y todo esto con la noche cayéndonos ya encima. Pasaban los minutos y se escuchaban algunas frases para el recuerdo..¡Venga que va a salir el Sol! ¡Illo, que he quedado con la parienta “pa cena”!. Lo que eran risas y bromas se tornaron en nervios, quejas, etc… algunos volvieron a salir a rodar. A las diez y media apareció Juan Fernández, miembro de la Federación, explicándonos que ellos no se hacían responsables de lo que pudiera pasar durante el recorrido, ya que no se veía tres en un burro.
Esta carrera denominada I Carrera Popular Luna Llena, no hacía honor a su nombre, ya que a esa hora no aparecía la Luna por ningún lado. La organización podría haber consultado a la Bruja Lola, y ésta, seguramente la habría asesorado en temas Astronómicos. Lo más sangrante de todo, es que la organización no daba la cara, le preguntabas a algunos corredores del club organizador y se hacían el Sueco, como sin con ellos no fuera la historia. Por fin aparecieron los cabezas visibles de la organización, y tras consultar con la Federación y las quejas de algún que otro corredor ( entre los que estaba el Matraca) decidieron hacer una vuelta al recorrido, pero en forma de rodaje no competitivo, ya que se hacía bastante peligroso para la integridad de los corredores. Muchos y con razón empezaron a protestar, por la chapuza que habían montado, pero desde el comienzo de la misma. Decidimos un pequeño grupo salir por nuestra cuenta a realizar una vuelta, sin esperar a los demás. Yo saldría si o si, ya que mi mujer, junto a la mujer del hermano de C. Mera, la cual también disputa algunas carreras, se habían ido hasta el tramo de playa para buscar unas buenas fotos y tenía que comunicarles que se había suspendido la misma.
Con el cachondeito que cabe esperar, le comenté a mis compis de turno, que en esos momentos éramos Diploma Olímpico. Había que ir con mucha precaución, ya que veíamos menos que un gato de escayola. Casi al llegar al cruce, estaba un miembro de la organización “alumbrándonos” con un móvil, si, como leen, con un móvil. ¡Manda cooness!. Cuando le pregunté a la organización dónde estaba el vehículo que abriría la carrera, me dijeron que en los cruces habría personal ataviados con linternas. Dos de nuestros compañeros se volvieron, al tener comida familiar. Al pasar por los puentes, el efecto óptico nos hacía creer que estaban algo más elevado. Llegamos a la altura del Chiringuito que nos conducía a la playa, allí estaba instalado el avituallamiento, y estos sin saber que la carrera “was cancelded”.
Nos metimos por las movidas tablas, para llegar hasta el tramo de playa. Teníamos por delante cerca de un kilómetro de playa, sin poder ver bien el piso. Subimos por la zona donde estaban las primeras farolas, para introducirnos de nuevo en el albero del Parque de los toruños. Mi mujer no aparecía por el circuito, con lo que pensé que estaría por línea de meta, como así fue para nuestra tranquilidad. Incrementamos un poco el ritmo, para poder sudar un poco. Al llegar a las oficinas centrales del Parque, había muchos compis de fatigas quejándose ¡¡Fuera, fuera, fuera!! Nosotros seguimos y completamos nuestra vuelta de cuatro kilómetros, llegando entre los cinco primeros de la no carrera, jejeje. Al volver, nos encontramos con mi mujer contándole todo lo ocurrido, ante su incredulidad. Ella, junto con Susana y sus tres hijos hicieron la totalidad del recorrido caminando, buscando la playa, pues nadie a ciencia cierta había sabido explicarles el recorrido de la misma.
Nos despedimos de nuestros compis “Olímpicos”, los llamados Cinco magníficos (Currito, Antonio, Enrique, un corredor de Chiclana y un servidor) . Al llegar al edificio de los Toruños, había una larga cola de corredores para recuperar el dinero de la inscripción que habían realizado minutos antes. A los que habíamos realizado la inscripción vía transferencia, nos instaban a ir en dos días a recoger el dinero al Edificio de los Toruños. Otra gambada, ya que si estos señores piensan que me voy a desplazar desde Rota para recuperar cuatro euros están fumados. Al igual que les mandamos la transferencia de tres corredores, que nos manden de vuelta el dinero, ya que el fallo es de ellos. A todo el que quiera, puede ir el próximo día 18, un día antes de la Carrera de la Playa de Rota, a la cual ya estoy inscrito, a “correrla” de nuevo. Yo me bajo del tren, ya que por diferentes motivos creo que no han estado a la altura de las circunstancias.
El tema de las
inscripciones fue un pequeño desastre. El que te cambien el horario de la
misma, sin previo aviso (esgrimen que lo pusieron dos días antes en una de las
páginas donde tenían publicitada la carrera, pero no fueron capaces de mandar
un e-mail a los corredores, como si lo único que tuviéramos que hacer es estar
todos los días mirando su página) no tiene precio, inadmisible. Como
incomprensible es que la de más larga distancia (8 kilómetros) , que es a la
postre la que va a durar más, la pongan la última. Por mucho que intenté que
mis pupilas se acostumbraran a la luz “no Lunar” no llegué
a conseguirlo. Por mucho que se pretenda que la carrera sea Nocturna, el
recorrido debe de estar alumbrado y señalado, sobre todo por la integridad de
los corredores. Pienso que los organizadores deberían haber salido a recorrer
el circuito a las diez de la noche semanas antes, para comprobar que todo
estaría ok. Por lo que no comprendo cómo no cambiaron la hora de la misma a
horario infantil (nueve de la noche).
Pero lo más doloroso
de todo es que nos tuvieran hasta las 10:40 varados, perdiendo el tiempo y sin
dar ningún tipo de explicaciones. Solo tendrían que haber salido y decirnos….¡¡Señores, nos hemos equivocado y os pedimos mil disculpas!!
Hay que comprender que no vivimos de ésto
y al montar una carrera, pueden haber errores, pequeños-medianos-grandes, pero
hay que estar al pie del cañón y asumirlos como tal.
Espero no tener que
vivir otra experiencia como ésta. Ésto es digno de un guión de Pedro Almodóvar.
Salu2
desde matraquilandia.